EUGENIA DE MONTIJO, ÚLTIMA EMPERATRIZ DE FRANCIA.

La vida de Eugenia estuvo siempre marcada por el destino, feliz y trágico a la vez. Según ella misma, su vida fue como si "le hubieran sido concedidos todos los honores del mundo, para luego ir quitándoselos uno a uno”. Su meteórica ascensión y su no menos traumática caída, fueron el objeto de las más desatadas pasiones, desde la adhesión más fiel hasta el odio más visceral. Eugenia nació en el año 1826, en Granada, en una familia de rancia nobleza andaluza con más apellido que dinero. Su madre heredó una fortuna de un viejo tío y la empleó en introducir a sus hijas en la alta sociedad para que hicieran una buena boda, lo cual consiguió. Por un amor fallido (se enamoró del prometido de su hermana, El Duque de Alba), su madre decidió llevarla a París, donde podría olvidar y tal vez encontrar otro pretendiente. No andaban mal encaminadas puesto que en efecto , se fijó en ella nada más y nada menos que el futuro Emperador Napoleón III. Cuando conoc...