LA COSTA DA MORTE
La Costa da Morte ocupa el segmento noroeste del litoral
gallego, extendiéndose al largo de docenas de kilómetros, dentro de los límites
de la provincia de A Coruña. Su personalidad está marcada por su condición de
límite occidental de Europa. Desde la antigüedad, el ser humano consideró este
lugar como el “Finisterrae”, el fin del mundo, la puerta al Más Allá

En el siglo XIX había muchos naufragios de barcos ingleses .
Algunas malas lenguas cuentan historias de “raqueiros” o piratas de tierra, que
se dedicaban a desorientar a los buques y asaltarlos. Según leí en un libro,
estos paisanos encendían hogueras o colgaban antorchas de los cuernos de sus
bueyes y los colocaban en puntos estratégicos de los acantilados. Los barcos
encallaban y eran abordados. ¿Leyenda negra influenciada por la prensa inglesa?,
¿ realidad?.
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CEMENTERIO DE LOS INGLESES |
De lo que sí hay constancia, es de las críticas de la prensa
de la época, que no pararon ante la situación de aislamiento que sufría la
comarca. “Este triste suceso (el naufragio del Iris Hull era un barco vapor inglés de 1433)
llenó de consternación a los habitantes de esta villa y al publicar la noticia
hará usted un gran bien a la humanidad, llamando la atención sobre el abandono
que existe por parte de las autoridades de Marina, pues siendo como es esta
costa una de las más peligrosas y en donde son tan frecuentes los naufragios,
no se cuenta con ninguno de los modernos medios de salvamento que tienen otros
países, porque es indudable que si ayer se hubiera podido lanzar un cabo al
buque tan cerca como estaba de tierra los que se aguantaron en los palos, a no
salvarse todos, tampoco hubieran perecido. Pero, ya se ven nuestras autoridades
se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena, y mientras, cuando se ofrece un
caso de estos, hay que cruzarse de brazos y ser simple espectador”.
Quizás el “naufragio” más mediático y reciente fue el del
Prestige, que hace quince años tuvo un accidente enfrente de las costas , de
las cuales 200km aparecieron teñidos de negro por el chapapote…
Afortunadamente, parece que su efecto ha desaparecido casi completamente de las
costas gallegas.
Y como no hay
mal que por bien no venga, del 'Prestige' quedaron dos aspectos muy positivos.
Uno fue la obligación para los barcos que crucen las aguas territoriales
españolas de tener doble casco —al contrario que el 'Prestige', que sólo
contaba con la protección de uno—. Y el otro supuso un éxito rotundo de la
sociedad civil que se volcó con el desastre.
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