CAPILLA DE LOS HUESOS
Hoy voy a hacer una pequeña trampa. Y es que os voy a hablar
de una capilla curiosísima, que no está localizada en España sino en Portugal. En
la zona del Alentejo, ciudad de Évora.
Si bien, como la capilla fue construida a finales del siglo
XVI , hasta hacía poco habíamos compartido rey, Felipe IV de España (Felipe III
de Portugal); por eso nos permitimos nombrarla en este blog tan español.
En esa época, España era una monarquía compuesta, denominada
como Monarquía hispánica o Monarquía Católica, en cuyo entramado institucional
se incorporó Portugal, formando parte junto con los demás reinos que componían
la Monarquía española. Y en el que cada uno de los reinos retenía su
peculiaridades institucionales.
De este modo, el rey de Portugal era el monarca español y
Portugal no formó un reino (con su imperio) aparte respecto a España, sino que
se integró en la estructura política y organizativa de la Monarquía española,
conservando su administración particular como los restantes reinos de la
Monarquía.
Bueno, a lo que íbamos. La capilla de los huesos fue construida a finales del siglo
XVI a partir de una idea de los frailes franciscanos que vivían en el
monasterio que la aloja: reflexionar sobre la condición humana, el valor
pasajero de la vida terrena y meditar sobre la vida eterna y definitiva. Debemos
tener en cuenta que entre los monjes franciscanos el tema de la muerte como
resultado de la transitoriedad de la vida era muy aclamado.
El nombre de la capilla está muy bien puesto y es que las
paredes de toda la capilla están revestidas de esqueletos amontonados mezclados
con cemento. Se calcula que hay restos de al menos 5.000 cadáveres que estaban
sepultados en los cementerios de las iglesias y monasterios de la ciudad.
Durante el siglo XVI, los cementerios de Évora estaban superpoblados, por lo
que se exhumaron los huesos con el objetivo de hacer sitio para poder enterrar
nuevos cadáveres. Los huesos se incorporaron respetuosamente al cemento y se
alojaron en este lugar para ser venerados.
“Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros
esperamos.”
Al fondo a la derecha, colgados en la pared hay dos
esqueletos. Una leyenda dice que eran padre e hijos. El hijo pegaba y
maltrataba la madre, acción de la cual el padre era cómplice por no oponerse a
ella. Al morir la madre habría echado sobre ellos la siguiente maldición: “¡Que
la tierra de vuestras sepulturas no os destruya!”.
Aunque tétrica, es una capilla muy curiosa de visitar. Y la zona es preciosa. Os lo recomiendo.
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