LA CATEDRAL DE SEVILLA

Un alma se mide por las dimensiones de sus deseos, como se juzga una catedral por la altura de sus campanarios. Gustave Flauvert. 
No juzguemos, simplemente disfrutemos de la belleza y de algunas curiosidades de la Catedral de Sevilla.

La Catedral de Sevilla es de las más bonitas del mundo y la más grande de las catedrales góticas (entendiendo por “más grande”  la que tiene más metros cuadrados de planta).

Su construcción, dice la tradición, se inició en 1401, aunque no existe constancia documental del comienzo de los trabajos hasta 1433. La edificación se realizó en el solar que quedó tras la demolición de la antigua Mezquita de la ciudad del Guadalquivir, que se encontraba mal conservada después del terremoto ocurrido en 1356 que la afectó gravemente. Por mantener el solar de la mezquita es la única catedral gótica cuya forma es cuadrada en lugar de cruz . De la mezquita también se conservan  el Patio de los Naranjos y el que fuera el alminar, la actual Giralda. 

Los dos tercios inferiores esta torre de la catedral , La Giralda, corresponden al anterior alminar, construido a finales del siglo XII en la época almohade. El tercio superior es ya de época cristiana y se construyó con el fin de albergar las campanas . El campanario de la Giralda está formado por 24 campanas, cada una de ellas con su propio nombre, y cuyos toques están programados por ordenador


En la base de la torre se pueden apreciar algunas placas con inscripciones latinas : son lápidas de la antigua necrópolis sevillana reutilizadas como sillares por los musulmanes para la edificación de su torre alminar

Sobre el cuerpo del pozo hay una inscripción en latín muy significativa es “Turris fortissima nomen DNI Proverb. 18” (“La torre más fuerte es el Nombre del Señor”), que recorre las cuatro caras de la torre.


La Torre supera los 104 metros de altura con el Giraldillo y durante varios siglos fue la torre más alta de España y una de las más altas de Europa. Para hacernos una idea, la Giralda “gana” al Big Ben de Londres, que mide 96 metros de alto, y su altura es casi el doble que la Torre de Pisa (55,8 metros).

En su cúspide se alza el Giraldillo, una estatua que hace las funciones de veleta. Por extensión, vino a dar nombre a toda la torre, que empezó a denominarse Giralda (“que gira”).

Otros elementos peculiares de la Catedral son las cadenas que vemos fuera : representan los límites de la jurisdicción civil. Servían para que los ciudadanos pudiesen acogerse al derecho de asilo frente a la dura justicia del siglo XVI. Esta acogida era conocida como “retraimiento” y dependía del crimen cometido, ya que si el crimen era muy grave de nada servía estar en el recinto sagrado.

En el techo de una de las naves del Patio de los Naranjos hay cuatro extraños objetos colgados: un cocodrilo de madera, un bastón, un colmillo de elefante y un bocado de caballo. La historia de estos objetos se remonta a tiempos de Alfonso X el Sabio, año 1260, cuando el sultán de Egipto mandó una embajada al rey Alfonso X el Sabio para pedir la mano de su hija Berenguela. El sultán envió un colmillo de elefante, un cocodrilo del Nilo vivo y una jirafa domesticada. Sin embargo, ni corto, ni perezoso, el rey rechazó la propuesta, quedándose él ambos animales y colocando en el Patio de los Naranjos el freno de la jirafa y el cocodrilo disecado. La vara se colgó más tarde cuando la trajo el embajador castellano que volvió de Egipto.  El cocodrilo disecado se reemplazó por uno de madera cuando se pudrió el anterior. 

Hay otra teoría  que dice que cada objeto presenta una virtud cardinal, así el cocodrilo es la prudencia, el colmillo la fortaleza, el bocado la templanza y el bastón la justicia

La Catedral Alberga el sepulcro de Cristóbal Colón, los restos del rey Fernando III el Santo y el propio hijo de Cristóbal, el bibliógrafo Hernando Colón.  En el pedestal de la tumba de Colón figura: «Cuando la isla de Cuba se emancipó de la madre España, Sevilla obtuvo el depósito de los restos de Colón y su Ayuntamiento erigió este pedestal». 



Cuatro reyes o heraldos de gala portan el féretro. Representan los reinos de Castilla, León, Navarra y Aragón, cuyos escudos aparecen en las dalmáticas. Para los más observadores, se pueden buscar en los ropajes de los portadores los murciélagos de Valencia, las cadenas navarras, las conchas de peregrino... y en los dos delanteros, la lanza que atraviesa una media luna y una granada, o la alabarda transformada en remo.
Y por si alguien busca algo de suerte, dice la leyenda que se puede encontrar tocando la tumba  y más de uno lo cree así. No hay más que ver que los pies de las estatuas que llevan el féretro han cambiado de color.


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