INVENTOS ESPAÑOLES QUE IGUAL NO SABIAS QUE LO ERAN
La Jeringuilla desechable
Manuel Jalón |
El ya inventor de la fregona, el español Manuel Jalón
aprovechó el creciente uso del plástico de los años 60 para mejorar la jeringuilla hipodérmica y crear la primera desechable. Con este invento se
dejaron de usar las de cristal.
Era de plástico mas fino y con un diseño redondeado de fácil
manejo y que daba una completa seguridad. Además era hermética se desechaba al
momento. Esta jeringa provocó una revolución médica ya que disminuyeron
radicalmente las infecciones en los hospitales y la vacunación de bajo coste
llegó a todo el planeta.
Se fabrican en una fábrica en Fraga (Huesca) desde 1975 que
ya ha distribuido al mundo miles de millones de jeringuillas y agujas.
La silla de ruedas
Silla de Felipe II |
Aunque no están claros los orígenes de la primera silla de
ruedas, existen uno grabado chino fechado en el 525 AC, que muestra lo que
parece un sillón con 3 ruedas para ser movido por terceras personas.
Pero la primera silla de ruedas pensada con el único
propósito de transportar a una persona con minusvalía se fabricó en España
durante el reinado de Felipe II. Se creó
para facilitar la vida al Rey Felipe II, aquejado de gota.
Fue la primera silla de ruedas con un diseño similar a las sillas
actuales y por un inventor desconocido.
El traje de astronauta
Emilio
Herrera fue un ingeniero, piloto, militar, inventor y político español. En 1935
desarrolló una «escafandra astronáutica» que posteriormente la Nasa adaptó para los viajes
espaciales.
Esta escafandra
astronáutica ya presentaba algunas de las características fundamentales:
tenía micrófono, aparatos de control, permitía respirar en las capas más altas
de la atmósfera y soportaba la presión en el espacio.
El interior tenía una funda hermética recubierta de un
armazón metálico articulado, con pliegues parecidos a los de un acordeón para
los hombros, cadera, codos, rodillas y dedos para dar movilidad. El exterior
estaba cubierto de caucho, material impermeable al aire. El casco disponía de
una visera con tres capas de cristal: una irrompible, una con filtros ultravioletas
y la exterior opaca a los infrarrojos.
Con la llegada de la guerra su proyecto se paralizó pero su invento perduró y fue usado como diseño previo a los modernos trajes de astronauta.
El chocolate caliente
Los antiguos mayas bebían
chocolate, sí, pero se trataba de un brebaje amargo que se tomaba frío y
aderezado con especias picantes como el Chile. A los conquistadores españoles
la mezcla no les gustó mucho, así que cocinaron el cacao en caliente con caña
de azúcar.
Se cree que el primer
chocolate a la taza se cocinó en el Monasterio de Piedra de
Zaragoza pues parece que sus monjes fueron los primeros en tener la receta. Así
que en España
primero, y en toda Europa después, su consumo se extendió entre el alto clero
como parte del desayuno y la merienda, pasando su influencia a la nobleza.
Hoy al alcance de todos el placer de tomar un chocolate
caliente, aquí acompañado con churros.
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