LAS CAMPANAS DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

Esta historia se remonta a finales del siglo X después de Cristo, cuando la península Ibérica se hallaba dividida en dos según la religión de sus gobernantes: la mitad norte era cristiana y la mitad sur musulmana.

En aquellos momentos, tras varios califatos importantes, la zona musulmana se encontraba en manos de un califa de segunda, pero hubo un personaje que se hizo con gran poder: Almanzor, “El Victorioso”.

Almanzor era de origen humilde y nacido en la zona de Algeciras. Llegó hasta Córdoba donde empezó a hacer contactos (entre ellos estableció relaciones privilegiadas con la  favorita del califa), se casó con la hija de uno de los generales más importantes del momento y se encumbró.

Al Califa, que tenía pocas ganas de gobernar, le internó en un palacio , rodeándole de todo tipo de lujos y comodidades, y él tomo el mando y comenzó a gobernar.
Desde el año 978 al 1001 hizo 52 campañas, y una de las más importantes es la que nos ocupa hoy.

Llegó hasta Santiago de Compostela, por tierra y por mar a través del litoral portugués. Una vez en la cuidad, la saqueó. Eso sí: dio orden de que no se tocara la tumba del Santo ni la iglesia prerrománica en la que se encontraba.

Como parte del botín, se apoderó de todas las campanas de las Iglesias de la ciudad, y se las llevó a Córdoba a lomos de los cristianos cautivos. También se llevó las puertas de las Iglesias.

Imaginaros la entrada triunfal el Córdoba, apoteósica. Algunas de las campanas las llevaron a la Mezquita donde se utilizaron como lámparas, donde eran observadas por los fieles cuando se disponían a orar. Otras campanas las fundieron.



Pero aquí no termina el periplo de las famosas campanas. Pasaron los años, y  Fernando III el Santo reconquistó Córdoba. Recuperó las campanas y las devolvió a Santiago, esta vez a lomos de cautivos árabes.



La más famosa de las campanas es la que una vez recuperada se llevó a la Torre del Reloj de la  Catedral de Santiago, la campana mayor o La Berenguela.


Las campanas que se usan hoy en día son réplicas de las originales, pues con el paso del tiempo, tanto la Berenguela como la campana de los cuartos , sufrieron diversas grietas que afectaron al sonido, y fueron  sustituidas  definitivamente en el año 1990.

Pero todavía las originales se pueden ver en los museos de la Catedral , ya que se exponen en el Claustro.




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