Prehistoria: la cueva de Altamira

LA CUEVA DE ALTAMIRA (CANTABRIA).

A la cueva de Altamira le corresponde el privilegio de ser el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico superior.
Bisontes, caballos, ciervos, manos y misteriosos signos fueron pintados o grabados durante los milenios en los que la cueva de Altamira estuvo habitada, entre hace 35.000 y 13.000 años antes del presente. Estas representaciones se extienden por toda la cueva, a lo largo de más de 270 metros, aunque sean las famosas pinturas policromadas las más conocidas.



EL ORIGEN DE LAS PINTURAS.

Imaginemos: hace 15000 años, en la zona norte de la Península Ibérica. En el interior de una caverna un artista anónimo pinta un bisonte en el techo de una zona recóndita. A la entrada de la cueva, el clan hace las tareas diarias al amor de una hoguera. Fuera, el frío es intenso, todo está cubierto de hielo, estamos en la última glaciación.
Hace 13000 años aproximadamente: un desprendimiento de rocas cierra la entrada de la cueva y la aísla totalmente del exterior. Las pinturas quedan sumidas en el silencio y la oscuridad por siglos.

EL DESCUBRIMIENTO.

Y ahora, vayamos al año 1868, cuando un cazador, llamado Modesto Cubillas, descubrió la entrada a al cueva al intentar liberar a su perro, que estaba atrapado en las grietas de unas rocas por perseguir a una pieza. En aquel momento, la noticia del descubrimiento de una cueva no tuvo la menor transcendencia entre el vecindario de la zona. Es un terreno caracterizado por poseer ya miles de grutas, así que una más, no supuso ninguna novedad. En un principio se la llamó la cueva de Juan Montero.


Juan Montero era un aparcero y avisó a Marcelino Sainz de Sautuola , para quién trabajaba. No obstante, Marcelino, erudito en paleontología, no la visitó hasta 1875. La recorrió en su totalidad y reconoció algunos signos abstractos, como rayas negras repetidas, a las que no dio ninguna importancia, por no considerarlas obra humana.

Cuatro años después, en el verano de 1879, teniendo la sensación de que debía de haber algo, volvió por segunda vez a Altamira, en esta ocasión, acompañado por su hija María de nueve años. Mientras su padre permanecía en la boca de la gruta, en busca de evidencias arqueológicas, María se adentró hasta llegar a una sala lateral. Allí vio unas pinturas en el techo, y corrió a decírselo a su padre.
Sautuola, a la luz de una antorcha, quedó sorprendido al contemplar el grandioso conjunto de pinturas de aquellos extraños animales que cubrían casi la totalidad de la bóveda.
Allí la niña le dice:
-       ¡Mira papá son bueyes!
A lo que el padre le responde :
-       No son bueyes, ¡son bisontes.!


Inmediatamente los relaciona con la prehistoria y el hombre del cuaternario.
Los animales representados son bisontes, renos, mamuts, caballos, ciervos (una monumental cierva de 2,25 metros), cabras, etc. Algunos ya están extinguidos en Europa pues eran propios del clima frío. En Altamira concretamente, los bisontes son el animal más numeroso y aparecen de pie, mugiendo, echado, con la cabeza vuelta.

¿CÓMO PINTABAN?

La pintura está hecha con pigmentos minerales de diferentes colores, mezclados con aglutinantes como la grasa animal. El contorno de líneas negras de las figuras se realizó con carbón vegetal. Se aplicaron con los dedos, con algún utensilio a modo de pincel y en ocasiones soplando la pintura a modo de aerógrafo. Aprovechan el relieve natural de la roca ya veces la modelan interiormente para dar un efecto de volumen y movilidad. El relieve de la cueva y el raspado de ciertas zonas aportan a las imágenes gran movilidad y expresividad.

¿QUÉ SENTIDO TENÍAN LAS PINTURAS?
Desde siempre nos ha intrigado el sentido y el propósito de las pinturas rupestres paleolíticas. Primero se pensó en el “arte por el arte”, las figuras decorarían las cuevas donde vivían.
No obstante, las zonas pintadas son recónditas, de difícil acceso y contemplación.

Más creíble parece la hipótesis de la “magia de caza”, es decir, el artista pintaría los animales que después cazaría el clan. Muchos animales tienen armas clavadas o les faltan partes de sus cuerpos (en Altamira hay bisontes sin cabeza). Sería tal vez una especie de vudú para propiciar la caza, de cuyo éxito dependía la supervivencia del clan.
Probablemente el brujo era el propio pintor.


GLOSARIO:

Arte rupestre: son los rastros de actividad humana o imágenes que han sido grabadas o pintadas sobre superficies rocosas.

Pigmentos: sustancias colorantes que se encuentran en las células de los seres vivos.




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