LOS COSTALEROS
Con las procesiones de Semana Santa recientes en nuestros
corazones, vamos a hablar un poco de quienes hacen posible que podamos
disfrutar de los pasos: los costaleros
El nombre de costalero
proviene de «costal», una tela de arpillera que se colocaba sobre la
cabeza para protegerse del peso de la parihuela y que usaban en su trabajo los
cargadores y estibadores de las bodegas y muelles.
De hecho, a finales del siglo XVIII los costaleros eran las
personas que se dedicaban a la carga y al movimiento de grandes bultos y
armarios con sus costales, cuerdas y
esportillas en las mudanzas para los que eran contratados. En un
principio se les conocía con el nombre de “Gallegos” porque en su mayoría
procedían de Galicia o del norte de España.
Las primeras imágenes documentadas que tenemos sobre los
costaleros cargando imágenes religiosas son unos grabados fechados a mitad del
siglo XVII en la catedral de Sevilla. Se trataban de unos cargadores encargados
de llevar la custodia del Corpus Christi a hombros, cambiándose a costal
décadas después.
Estos “gallegos” serán los que porten los pasos sevillanos
durante cuatro siglos ya que eran los faeneros perfectos para cargar con los
pasos en los días sacros, días que no dejaban de ser para ellos una
continuación de su oficio diario, lo único que cambiaba es que en Semana Santa
la carga era “sagrada”.
Los costaleros, al no ser hermanos de las cofradías, no
aparecían en la nomina ni tenían que vestir adecuadamente para ello, por lo que
se les introdujo debajo de los pasos.
En la década de 1930 se introduce una forma de trabajar seria
y ordenada: entre otras innovaciones se implantó el traje y corbata negra para los hombres del martillo (El
Terno Negro), el cuadrante con la lista de toda la cuadrilla y perfeccionó la
técnica de la “igualá”, hasta entonces un tanto desordenada.
Poco a poco con el paso de los años, bajo los pasos se iba
creando una verdadera expectación , llegando a mediados de los Cincuenta y principios
de los Setenta, la década de oro en cuanto a capataces y costaleros. Ya se
empezaba a vislumbrar y a hablar entre los cofrades de Sevilla de un claro
lucimiento de los pasos en la calle. Fue la época del nacimiento del “Al cielo
con ella”, quedando para la posterioridad esta entonación como protocolo de
riguroso cumplimiento cada vez que se levanta un paso en Semana Santa.
Sin embargo a principios de la década de los setenta, había
un clima enrarecido entre costaleros
y hermandades, y hacía
falta una solución a esta crisis del costal. Esta llegaría de forma casual,
puesto que en mayo de 1972, la virgen de las Aguas del Salvador fue llevada por
hermanos, ante tal éxito, que en el seno de la hermandad de los estudiantes se
fraguó la primera cuadrilla de hermanos costaleros, conocida como los “niños”,
que realizaría su primera estación de penitencia en la semana santa de Sevilla,
el martes santo de 1973. Desde esa fecha comenzaron a crearse cuadrillas de
hermanos costaleros en todas las hermandades, siendo a día de hoy la hermandad
de Santa Marta, la única que aun conserva esta antigua tradición del costalero
asalariado o profesional.
En la actualidad las cuadrillas de costaleros están formadas
tanto por hermanos como por no hermanos y aficionados al mundo del costal.
La cuestión de la incorporación de las mujeres al mundo del
costal es un hecho y ya hay cuadrillas de mujeres casi todas las ciudades . En
el año 2004 tuvieron lugar en
Hellín las “I Jornadas Culturales Nacionales de Mujeres Costaleras”.
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