LA PERLA PEREGRINA


Actualmente las perlas no tienen tanto valor monetario como en épocas pasadas, principalmente debido a que la mayoría de ellas son cultivadas, lo que las ha devaluado por aumento en la oferta. De allí que numerosas parábolas y dichos referentes al  valor de las perlas no tengan la misma resonancia y valor semántico hoy en día. Aún así, seguro que más de uno de nuestros lectores ha oído hablar de la PERLA PEREGRINA.

La Perla Peregrina no es llamada así por su historial viajero sino por su forma peculiar. En siglos anteriores se utilizaba la palabra peregrina en su acepción de raro, caprichoso o especial.

Como pasa con muchas joyas valiosas y especiales, su origen está rodeado de leyenda. La nuestra comienza cuando  un esclavo en el siglo XVI en Panamá, encuentra una perla que pesaba 58,5 quilates. El esclavo,  obtuvo por ello su libertad .
ISABEL DE BORBON
La perla llegó a Sevilla en 1580, propiedad de Diego de Tebes, que fue alguacil mayor de Panamá , quien se la regaló al  rey Felipe II. De esta manera, La Peregrina pasó a formar parte del tesoro real español. A partir de entonces, fue lucida por las sucesivas reinas que ocuparon el trono español prendida de un broche junto con el diamante El Estanque, otra valiosa joya de la corona.

La Peregrina es probablemente una de las perlas más pintadas de la historia, ya que aparece en la mayoría de los retratos de los reyes y reinas de los siglos XVI a XVIII que cuelgan en el Museo del Prado. Ya sea como colgante, o prendida de un cinturón o de un sombrero, esta joya acompañó a generaciones de monarcas en sus retratos para la posteridad. La joya fue de la Familia Real española durante los reinados de Carlos III y Carlos IV.




Ha sido pintada por Velázquez tres veces: en sendos retratos ecuestres la lucen Margarita de Austria e Isabel de Borbón, primera esposa de Felipe IV. El propio Rey Felipe III la lleva fijada a su sombrero.


MARIA TUDOR.
Pero, desgraciadamente, podemos asegurar que en la Guerra de la Independencia  la «Peregrina» salió de España. El rey intruso, José I, encargó a su mayordomía mayor que hiciera entrega al ministro de Hacienda de las joyas de la Corona Española. En un inventario, fechado en Madrid, el 30 de julio de ese mismo año, y guardado en los Archivos Nacionales Franceses, figura una relación de todas aquellas joyas en la que aparecen tanto «El Estanque» como «La Peregrina».

José Bonaparte, nuevo propietario,  se la regaló a su esposa. Pero años después de perder el trono español el matrimonio se separó y Bonaparte marchó a Estados Unidos, con tesoros españoles, una amante y con la perla. Cuando volvió a Francia todavía tenía la Peregrina y tras su fallecimiento la heredó el futuro Napoleón III. Este la vendió hacia 1848 al duque de Abercorn para sufragar sus actividades políticas.

No se sabe exactamente en qué fecha la familia Abercorn se la vende a una joyería londinense. «"La Peregrina” fue puesta en subasta como lote número 129 por la firma Parke Bernet de Nueva York», lo que produjo un gran escalofrío mundial. Se afirma que entre los que pujaron por ella estaba Alfonso de Borbón Dampierre, nieto de Victoria Eugenia, con el propósito, al parecer, de regalarla entonces a su abuela, que vivía retirada en Suiza. Otras versiones indican que fue la propia Victoria Eugenia quien envió a su nieto a recuperar la perla, pero con el encargo de no superar los 30.000 dólares.


Finalmente fue el actor Richard Burton quien la compró por 37.000 dólares: esta cifra no era casual, ya que se la regaló a su esposa, la actriz Elizabeth Taylor, con motivo de su trigésimo séptimo cumpleaños

Un día después de la subasta, el duque de alba, jefe de la Casa de la reina Victoria Eugenia, negó la autenticidad de la perla subastada y exhibió una segunda perla, presunta Peregrina, que recibió la reina de Alfonso XIII con motivo de su boda. Hoy en día parece que hay unanimidad entre los especialistas que afirman que esta segunda perla no es la Peregrina. Hay un detalle técnico de importancia que apoya esta tesis, y es  el hecho de que la verdadera «Peregrina» nunca fue taladrada para añadirla a un collar, por ejemplo, sino solamente engarzada, y la de la Reina viuda de Alfonso XIII sí está taladrada. La Reina Sofía la ha lucido en numerosas ocasiones



 Pues como decíamos, «La Peregrina» se convirtió en propiedad de la Taylor en su 37 cumpleaños y la exhibe con su montura original en el cameo que hace en la película «Ana de los mil días» (1969) -donde comete un error histórico, puesto que hace el papel de Ana Bolena, que nunca tuvo la joya-, y en «A Little Night Music» (1977). Para darle mayor realce hizo que la firma Cartier diseñara un collar exclusivo de rubíes y diamantes para exhibirla colgada de él, convirtiéndola así en una pieza de valor incalculable.
ANA DE LOS MIL DÍAS

A la muerte de Liz, ocurrida el 23 de marzo de 2011, la perla salió a subasta en diciembre con un precio de inicio entre dos y tres millones de dólares en la sala Christie’s de Nueva York y fue adquirida por nueve millones de euros (11,8 millones de dólares), precio récord en subasta.
 
PEREGRINA CON CARTIER



FRASES CON PERLAS

Los errores, como las briznas, se pierden en el mundo; si quieres buscar perlas tienes que ir muy profundo. Jhon Dryden.

Cada año de mi vida he buscado doce perlas. Doce personas que no conociera pero que se me aparecieran y marcaran mi mundo de tal manera que mi yo virara. Albert Espinosa.

El consejo dado a un necio es como perlas arrojadas al muladar.Esopo





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