SOFONISBA ANIGUISSOLA

Sofonisba Anguissola fue una  mujer en un reino de hombres, la única pintora retratista en el reino de Felipe II, y la más famosa del Cinquecento . La fama de la que disfrutó en vida no se corresponde con su reconocimiento posterior a pesar de la calidad de su trabajo. No era española, sino italiana, pero al vivir en la corte de Felipe II y tener varios de sus cuadros en el Museo del Prado, la podemos considerar como uno de nuestros personajes favoritos para este blog tan español.


Nació en Cremona, en el año 1527 . De origen noble, Sofonisba  estudió junto con dos de sus cinco hermanas (las también pintoras Elena y Lucía) bellas artes, música y humanidades . Su aprendizaje con artistas locales sentó un precedente para que las mujeres fueran aceptadas como estudiantes de arte. Tengamos en cuenta en la época en la que nos encontramos: las “señoritas” no podían estudiar anatomía humana, ni por supuesto pintar desnudos, así que Sofonisba, se concentró en los autorretratos y los temas familiares para pasar por encima de las convenciones que le impedían pintar los mismos motivos que los hombres.

Destacó como pintora de retratos individuales y de grupo, como el de La partida de ajedrez (1555), en el que retrató a sus hermanas. Tratadistas contemporáneos dedicaron alabanzas a su obra; viajó a Roma, donde conoció a  Miguel Ángel , quien la mandó algunos bocetos suyos para contribuir a su formación. Su trayectoria resultó un precedente para varias mujeres artistas que habían sido excluidas de la enseñanza académica, de gremios y talleres y del mecenazgo papal, pero que sí encontraron respaldo en las cortes europeas entre los siglos XVI y XVIII


Viajó a Milán en 1558 donde conoció y retrató a Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba.  Fue gracias al Duque, que Sofonisba fue llamada por Felipe II a su Corte como dama de honor de Isabel de Valois. Se le concedió una pensión de cien ducados anuales, a la que se añadían 800 liras imperiales de renta para su padre.

De esta manera, llegó a España a finales del 1559, poco antes de la celebración de las bodas de Felipe II e Isabel de Valois, de cuyo cortejo formaba parte. Una vez instalada en la Corte, comenzó a dar clases de pintura a la reina y a algunos miembros de la alta nobleza. Su habilidad como maestra cobró una fama similar a la de su producción pictórica.

ISABEL DE VALOIS
Tras el fallecimiento de la reina Isabel de Valois, Sofonisba permaneció en España al cargo de la educación de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, mientras se iniciaban las gestiones para asegurar su futuro mediante la concesión de rentas propias y un matrimonio con un miembro de la nobleza. Se casó en Palermo con Fabrizio de Moncada, hermano del virrey de Sicilia, adonde se trasladó a vivir poco después. A la muerte de su marido, en 1579, volvió a su ciudad natal. En 1580 contrajo matrimonio con el noble genovés Orazio Armellino y se instaló en Génova.
FELIPE II

Sofonisba no podía firmar la autoría de sus obras debido a su condición de mujer y posición social. Esta ausencia de firma ha dificultado la identificación de sus cuadros, que en varios casos han sido atribuidos a otros pintores de la Corte de Felipe II hasta fechas recientes, en que se inició el estudio de su etapa española.

Es el caso de los retratos de Felipe II,  anteriormente  atribuido a Juan Pantoja de la Cruz, igual que su Isabel del Valois sosteniendo un retrato de Felipe II.  Ambas obras se encuentran en el Museo del Prado

Pero quizás su autoría más controvertida es la referida al lienzo conocido como La dama del armiño. Hasta ahora, los expertos han creído que el retrato fue pintado por El Greco, pero hace unos años apareció una corriente crítica con esta atribución considerando que la obra pertenece realmente a manos de nuestra artista, subrayando la semejanza entre el retrato en cuestión y el de la infanta Catalina Micaela del Museo del Prado, que sí es suyo.
 
DAMA DEL ARMIÑO/RETRATO INFANTA CATALINA MICAELA


Sus cuadros destacan por el tratamiento de la luz, al estilo lombardo, y el colorido vivo de algunas pinceladas que hacen resaltar los rostros, las manos y los detalles sobre la oscuridad de los fondos.

 
RETRATO ANA DE AUTRIA






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