LA GRIPE ESPAÑOLA


La Gran Guerra se cobró la vida de más de 31 millones de personas. Pero durante esa misma época hubo una crisis humanitaria si cabe aún mayor : la gripe española.
Esta epidemia no tuvo su origen en España, ni siquiera fue el país que más la sufrió. Pero al surgir durante la Guerra, los países involucrados no hablaban de ella para no desalentar a las tropas. Así que las únicas noticias provenían en la prensa española, que al ser neutral en el conflicto no censuraba la información. 


Se piensa que la  enfermedad surgió en los Estados Unidos, en unos cuarteles militares del estado de Kansas, en marzo de 1918.

En su primer brote parecía una epidemia de gripe normal, con muchos enfermos pero pocas muertes (el 10%). Nada alarmante. No se le dio mayor importancia en el mundo que estaba demasiado ocupado con la guerra. 
En los campos de batalla, el problema  fue estratégico ,  muchos soldados enfermos sin hospitales suficientes. Hubo un aumento de la mortalidad general, pero como en cualquier epidemia de gripe. Fuera de la zona de conflicto, en Madrid lo máximo que ocurrió fue que se cerraron teatros  y enfermó el rey. 


El segundo brote, la ola principal de la pandemia global, tuvo lugar de septiembre a noviembre de ese mismo año, 1918. Esta segunda ola fue terrible. Se estima que aproximadamente el 65 por ciento de las defunciones se produjeron esos tres meses. Aunque la gripe la produjo un virus, muchos enfermos se complicaban con una neumonía que afectaba a individuos ya debilitados . En estos casos la infección bacteriana (neumonía) producía un encharcamiento de los pulmones y era la causante de las defunciones.
LA MAYORÍA DE LOS FALLECIDOS FUERON ADULTOS JÓVENES, ENTRE 15 Y 35 AÑOS.
Por otra parte, se registraron muchos casos fulminantes: es de decir, que una persona caía enferma y a las 2 ó 3 horas moría. Se sospecha que era el virus gripal el que mataba en estas ocasiones.

Hubo en numerosas zonas una tercera ola, muy grave, a principios de 1919. Esta última también fue virulenta, pero gran parte de la  población estaba ya inmunizada. Se estima que causó el 26% del total de muertes.


Aunque la gripe española no fue consecuencia directa de la Gran Guerra, se cree que la cercanía entre cuarteles ayudó a su expansión: “La promiscuidad de los militares y los movimientos masivos tanto de tropas como de civiles debido al conflicto pudieron haber aumentado su yugo”, sentenciaba 'Libération'. En esa línea, algunos investigadores añaden que los sistemas inmunológicos de los soldados  se encontraban debilitados  por la tensión del combate, lo que incrementaba notablemente las probabilidades de contraer el virus letal.
 También detectaron mucho tiempo después que se trató de una gripe transmitida por las aves, y no porcina. El virus tenía 25 mutaciones que lo distinguían de un virus de la gripe aviar típico, y entre ellas debían estar las que le permitieron adaptarse al ser humano. Así mismo se supo que el virus de la gripe española se multiplica 50 veces más que la gripe común tras un día de infección, y 39.000 veces más tras cuatro días. Mata a todos los ratones de laboratorio en menos de una semana.

"TOSES Y ESTORNUDOS PROPAGAN LA ENFERMEDAD".
TAN PELIGROSO COMO LAS BOMBAS DE GAS.

En aquella época las medidas sanitarias eran muy precarias y los Estados, que trataban de recuperarse del desastre de la Guerra, no pudieron tomar las medidas adecuadas para evitar que la pandemia se propagara.


CONSEJOS PARA PREVENIR EL CONTAGIO.
Los ciudadanos se encontraron desprotegidos frente al virus y en pocos meses el desastre era incontrolable. Nadie sabía cómo detener la enfermedad. 

No había posibilidad de aislar a las personas contagiadas en los hospitales , abarrotados de heridos de guerra, que fomentaron más si cabe el contagio

Una solución común fue la de exigir que todo el mundo usara mascarilla.

Se imprimieron anuncios solicitando a la gente a cubrirse la boca y la nariz cuando estornudaran o tosieran.

Se  alentaba a los hombres a dejar de escupir.  

El consumo de alcohol era otra idea que se hizo popular, tan popular que provocó la escasez de licor.  

Ya que no había causa o tratamiento conocido, la gente trató otros remedios caseros como llevar una patata en un bolsillo, una bolsa de alcanfor o un amuleto especial alrededor del cuello.


Por si esto no fuera suficiente, hubo escasez de médicos y enfermeras (muchos se contagiaban y morían) y los sepultureros  no daban abasto. Es por ello que no existen datos precisos , se dejó de llevar la cuenta de los muertos.



Las escuelas, teatros y negocios cerraban. Los servicios de teléfono se detuvieron debido a que los operadores estaban enfermos.  La basura no se recogía y el correo no se entregaba.  Se clausuraron lugares donde las personas se reunían como iglesias, escuelas y teatros.

La epidemia se convirtió en pandemia. En apenas cuatro meses, el virus había dado la vuelta al mundo cobrándose veintiún millones de vidas humanas, y había regresado a las costas estadounidenses. Pero el asesino microscópico aún seguiría matando al doble de personas durante un año más.  Las compañías farmacéuticas trabajaban día y noche para producir una vacuna, pero el virus desapareció antes de que se pudiera siquiera aislarlo.

LA EPIDEMIA DE GRIPE MÁS MORTÍFERA DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD.





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