EL LEVANTAMIENTO DEL DOS DE MAYO.



Primavera de 1808. España está invadida por las tropas aliadas napoleónicas, que han entrado en el país sin ningún tipo de oposición . El rey  Fernando VII es obligado a abdicar a favor de José Bonaparte, hermano de Napoleón, en las llamadas “Abdicaciones de Bayona”. El gobierno en Madrid está en manos del francés Murat, ante la pasividad de los gobernantes españoles.


Pero la gota que colma el vaso de los madrileños es que los franceses quieran llevarse a sus infantes, los hijos de Fernando VII, a Francia, con el resto de la familia real .

La sublevación comienza en el Palacio Real, donde se encontraban los infantes cuando les querían trasladar a Francia. El infante se asoma al balcón y el pueblo se enfervoriza y se revuelve contra los ocupantes franceses. El levantamiento que allí comenzó,  fue extendiéndose por todo Madrid.  Se trató de un movimiento espontáneo y por ello desorganizado y con pocas posibilidades frente a un ejército como el de Napoeón.

En la Puerta del Sol las tropas napoleónicas enviaron a los Mamelucos para frenar a los insurgentes:  fieros guerreros de origen turco, con preparación militar, que se trajo Napoleón de sus campañas de Egipto. Tanto confiaba Napoleón en ellos, que su propia escolta personal era un mameluco. Poco tenían que hacer los valientes madrileños, por mucho que su intención fuera buena,  frente a estos guerreros.

No obstante, la gente siguió luchando durante toda la jornada utilizando cualquier objeto que fuera susceptible de servir de arma, como piedras, agujas de coser, macetas arrojadas desde los balcones... y los franceses respondían sin piedad. Así, los acuchillamientos, degollamientos y detenciones se sucedieron en una jornada sangrienta que se prolongó hasta el 3 de mayo, con los fusilamientos que retrató Goya.


Si bien es cierto, que aunque los madrileños se levantaron contra los franceses, también lo estaban haciendo contra la clase alta que toleraba la invasión francesa . Los propios militares se mantuvieron acuartelados durante los levantamientos, a las órdenes de sus superiores. Únicamente los artilleros desobedecieron a sus mandos y apoyaron al pueblo.


La represión contra los revolucionarios fue cruel y sanguinaria. También resultó ser la mecha que incendiaría a toda España contra los franceses y el inicio de la Guerra de la Independencia

La repercusión de los levantamientos y la falta de acogida a los franceses, hizo que al cabo de unos meses el propio Napoleón tuviera que desplazarse a Madrid. Pasó por Vitoria, donde le opusieron una pequeña resistencia, pero la mayor fue en el Puerto de Somosierra, a la entrada de Madrid, donde unas baterías de artilleros trataron de impedirle el paso . Allí Napoleón ordenó a su caballería polaca (que era la mejor del mundo) que atacara sin piedad, y así llegó hasta Madrid en noviembre de ese mismo año.







Para terminar, una reflexión acerca de las bromas que gasta la vida. José Bonaparte, o Pepe Botella como le llamaban irónicamente, parecía el hermano tonto tras las órdenes y los pasos de su hermano mayor Napoleón.  En Madrid eran múltiples las coplillas que hacían mofa de su persona y de su afición por la bebida.



Quizás pareciera tonto, pero Napoleón terminó sus días desterrado en la Isla de Santa Elena, y José en Philadelfia (América), rico y viviendo a todo tren gracias a las joyas y tesoros que se llevó de España. Y es que hay tontos muy listos.


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